El sistema de seguros islámicos
Nacido inmediatamente después de la invasión de Egipto por los británicos en 1882, la primera compañía de seguros árabes no fue creada hasta 1944 en Jerusalén: la Arab Insurance Company ltd. Pero las primeras compañías de seguros de tipo takaful son la Sudanese islamic Insurance Company en Sudán y la Arabic Islamic insurance Company en Dubai que fueron creadas en 1979. En cambio, hay que señalar que en el mundo musulmán los seguros clásicos están más presentes que los islámicos. La organización en ciertos países musulmanes (Arabia Saudita) de un encuadramiento reglamentario de esta actividad es muy reciente y el peso de sus actividades en los países mayoritariamente musulmanes es muy inferior al que puede observarse en los países desarrollados.
Hoy, se cuentan unas 250 sociedades de seguros islámicos en el mundo cuyo volumen de facturación llega a 2,5 millares de dólares (en 2006). Los observadores proveen un porcentaje de crecimiento anual medio de cerca del 13% para este sector, lo que permitiría a la industria alcanzar un volumen de facturación de 7, 5 millares de dólares en 2015 (según Moody´s).
Hoy, se cuentan unas 250 sociedades de seguros islámicos en el mundo cuyo volumen de facturación llega a 2,5 millares de dólares (en 2006). Los observadores proveen un porcentaje de crecimiento anual medio de cerca del 13% para este sector, lo que permitiría a la industria alcanzar un volumen de facturación de 7, 5 millares de dólares en 2015 (según Moody´s).
Las diferentes opiniones jurisprudenciales
La aceptación de la industria de los seguros en el mercado musulmán es todavía demasiado controvertida; las opiniones jurisprudenciales son numerosas y divididas. La organización de los seguros modernos comporta, en realidad, elementos que contradicen los principios fundamentales de la ética musulmana.
Un contrato de seguros clásico implica el pago regular (seguro y cierto) de primas a la compañía de seguros, incluso cuando el reembolso del asegurado está condicionado a que ocurra un acontecimiento futuro incierto (un siniestro) e independiente del control de las partes en cuestión. En este contrato, por su construcción, una de las dos partes tiene más probabilidades de enriquecerse que la otra; si un siniestro no ocurre, la compañía de seguros conserva el conjunto de las primas pagadas sin ninguna contrapartida. Comporta pues elementos de gharar (incertidumbre, ignorancia, engaño) y de maysir (especulación, juego de azar), contrarios a la ética musulmana.
Por otra parte, los aseguradores convencionales invierten una gran parte de sus recursos en productos que rinden intereses, lo que es igualmente contrario a los principios del Islam.
Un contrato de seguros clásico implica el pago regular (seguro y cierto) de primas a la compañía de seguros, incluso cuando el reembolso del asegurado está condicionado a que ocurra un acontecimiento futuro incierto (un siniestro) e independiente del control de las partes en cuestión. En este contrato, por su construcción, una de las dos partes tiene más probabilidades de enriquecerse que la otra; si un siniestro no ocurre, la compañía de seguros conserva el conjunto de las primas pagadas sin ninguna contrapartida. Comporta pues elementos de gharar (incertidumbre, ignorancia, engaño) y de maysir (especulación, juego de azar), contrarios a la ética musulmana.
Por otra parte, los aseguradores convencionales invierten una gran parte de sus recursos en productos que rinden intereses, lo que es igualmente contrario a los principios del Islam.