La banca islámica
La banca islámica juega un papel particular en la organización política y económica de un estado. Además de que su legitimidad reposa principalmente sobre principios religiosos de funcionamiento, en un establecimiento con referencias asociativas, solidarias y sociales. Su primera vocación es desarrollar el espíritu de iniciativa. Banca al por menor originariamente, ofrece, a ese título numerosos servicios de consejo y de acompañamiento en gestión a la clientela con el fin de sostenerla en su empresa y de asegurar por esto, una actividad económica sana y provechosa a los dos agentes (banca y empresario). Así de manera general, la banca islámica proporciona:
1. Los servicios bancarios tradicionales que son los depósitos de los particulares considerados como préstamos garantizados a la banca y gratuitos; la utilización de las cartas de crédito (las primeras fueron lanzadas en Bahrein en 2002); y los préstamos personales que son tolerados en la medida en que constituyen microcréditos no comportando intereses pero comportan una remuneración por los gastos bancarios (esta remuneración es independiente de la duración y del importe del préstamo); la ganancia obtenida por ese crédito debe estar sometida a la Sagada.
2. El ahorro para la Peregrinación (Hadf): este producto permite al cliente proceder a ingresos en una cuenta destinada a financiar la peregrinación a La Meca.
3. una asistencia al montaje de dossiers de financiamiento de proyectos comerciales: además de apoyo a la búsqueda de asociados técnicos y financieros, estas instituciones proponen compras y ventas a plazos como alternativas al crédito a corto y medio plazo y una participación al principio al-ghunm bi al-ghunm, como modo de financiación a largo plazo, situación próxima de la de capital-riesgo. Diferentes fórmulas de mudarabah de ijara al hunm al bay, de bay ´salam de bay majjal son propuestas:
Por su especificidad (respecto a la Sharia) la banca islámica se distingue de la banca convencional en un cierto número de puntos: Además del papel de intermediario, la banca islámica juega un papel de inversor directo (los fondos recaudados son utilizados en operaciones productivas; y ella propone un amplio abanico de servicios (colectas de depósitos, gestión del impuesto, seguros…), con el fin de proporcionar a sus clientes un rendimiento tan elevado como el ofrecido por los bancos convencionales.
Desde el punto de vista contable, los recursos de la banca islámica están constituidos de recursos internos (los fondos de participación, es decir, el capital inicial constituido sobre la base de contrato de mudarabah o de contrato mucharaka y que puede ser aumentado con la emisión de nuevas acciones, las reservas legal y general, las ganancias, constituidas también por recursos externos (depósitos, cuentas bloqueadas, cuentas de inversión, cuentas de ahorro, fondos zakat, inversiones y comisiones de gestión). Los empleos están constituidos de financiamientos acordados a terceros, a préstamos sin interés (gard Hassan), a inversiones, a colocaciones directas en mercados diversos (bolsas de valores mobiliarios, mercados inmobiliarios, mercados de bienes y servicios).
1. Los servicios bancarios tradicionales que son los depósitos de los particulares considerados como préstamos garantizados a la banca y gratuitos; la utilización de las cartas de crédito (las primeras fueron lanzadas en Bahrein en 2002); y los préstamos personales que son tolerados en la medida en que constituyen microcréditos no comportando intereses pero comportan una remuneración por los gastos bancarios (esta remuneración es independiente de la duración y del importe del préstamo); la ganancia obtenida por ese crédito debe estar sometida a la Sagada.
2. El ahorro para la Peregrinación (Hadf): este producto permite al cliente proceder a ingresos en una cuenta destinada a financiar la peregrinación a La Meca.
3. una asistencia al montaje de dossiers de financiamiento de proyectos comerciales: además de apoyo a la búsqueda de asociados técnicos y financieros, estas instituciones proponen compras y ventas a plazos como alternativas al crédito a corto y medio plazo y una participación al principio al-ghunm bi al-ghunm, como modo de financiación a largo plazo, situación próxima de la de capital-riesgo. Diferentes fórmulas de mudarabah de ijara al hunm al bay, de bay ´salam de bay majjal son propuestas:
Por su especificidad (respecto a la Sharia) la banca islámica se distingue de la banca convencional en un cierto número de puntos: Además del papel de intermediario, la banca islámica juega un papel de inversor directo (los fondos recaudados son utilizados en operaciones productivas; y ella propone un amplio abanico de servicios (colectas de depósitos, gestión del impuesto, seguros…), con el fin de proporcionar a sus clientes un rendimiento tan elevado como el ofrecido por los bancos convencionales.
Desde el punto de vista contable, los recursos de la banca islámica están constituidos de recursos internos (los fondos de participación, es decir, el capital inicial constituido sobre la base de contrato de mudarabah o de contrato mucharaka y que puede ser aumentado con la emisión de nuevas acciones, las reservas legal y general, las ganancias, constituidas también por recursos externos (depósitos, cuentas bloqueadas, cuentas de inversión, cuentas de ahorro, fondos zakat, inversiones y comisiones de gestión). Los empleos están constituidos de financiamientos acordados a terceros, a préstamos sin interés (gard Hassan), a inversiones, a colocaciones directas en mercados diversos (bolsas de valores mobiliarios, mercados inmobiliarios, mercados de bienes y servicios).